Una duda invade mi vida...
llenándola de pena y soledad,
al ver a mi chiquilla querida
ocultarse tras la oscuridad.
¿Por qué ya no me quiere?
grita mi alma al firmamento,
pues sin ella sabe que muere
de nostalgia y sufrimiento.
Si yo aún sigo enamorado...
y cada vez con más fervor,
de ese lucero tan nacarado
que me apresó con su amor.
¿Qué ha sido de aquél te quiero?
con el que conquistó mi corazón...
¿Y de aquél abrazo hechicero?
que hizo de mi... su ilusión.
No lo sé... pero yo... la adoro
y en la eternidad la amaré...
sabiendo que ella es el tesoro
al que nunca yo... renunciaré.
Y aunque me ignore mil días...
y mil noches esconda su brisa...
seguiré cantándole melodías
a la ternura de su sonrisa.
Triste y solo me voy llorando...
por el camino que lleva al olvido,
donde continuaré añorando
los besos que me regaló Cupido.
Muero feliz ... pero muero...
aunque mi amor será... eterno...
apasionado y... verdadero.
A.V. 6-2-14
La eternidad no es para los sentimientos humanos, todo fluye y se agota. Feliz fin de semana. Un abrazo.
ResponderEliminarLos amores que hacen sufrir deberían estar prohibidos.
ResponderEliminarSaludos y pásate cuando quieras :3
El dolor de la duda nos atrapa en su espiral de muerte.
ResponderEliminarBellos y tristes versos.
Besos.
Lunna.
Pues sí, un poco triste, pero tan lleno de pasión que me emociono al leerlo y me trae recuerdos de mi sufrir hace años por un amor; gracias que es cierto que el tiempo cura todas las heridas.
ResponderEliminarBesos querido amigo, como siempre un poema bellísimo
Qué lindo lo que has escrito, Antonio.
ResponderEliminarFelicidades.
Muchas veces nos invaden las dudas del por que ocurren estas cosas pero así es la vida querido Antonio.
ResponderEliminarBesos