Con un adiós y un te quiero
se va hacia el firmamento...
un ruiseñor hechicero...
lleno de vida y sentimiento.
Olvídalo... olvido...
y no lo dejes partir...
con él vuela Cupido
y todo su sentir.
Con un adiós dulce amor...
y lágrimas en la mirada...
despide ese trovador
a la luz de su alborada.
Olvídalo... olvido...
y retén su corazón...
en él vive Cupido...
henchido de ilusión.
Ya comienza el camino...
envuelto en soledad...
ya despierta el destino
de su triste realidad.
¡Olvídalo... olvido!
que su amor es inmortal...
¡Olvídalo... olvido!
con su aura angelical.
A.V. 13-6-15