y una hermosa mujer,
han llenado de amores
mi aliento y todo mi ser.
Con dos lirios y una rosa
que habitan en su jardín...
en una linda mariposa
ha convertido un querubín...
Y la miro enamorado...
y me mira con ternura...
con ese viento nacarado
que desprende su figura.
De sus ojos de ambrosía
una mirada de pasión...
enardece toda la poesía
de mi dulce corazón.
Y sus labios... el firmamento
donde anhelo yo morir...
con el eterno sentimiento
que guardo por su vivir.
Por eso... de alegría lloro...
cuando veo la grandeza...
de ese apasionado tesoro
que es... su cándida belleza.
A.V. 26-4-14