Son tus pies, lucero,
unos soportes tan bellos
que aguantan sin resuello
ese cuerpo hechicero.
Son el dulce sustento
de tu figura de terciopelo
esa que gusta en el cielo
y en todo el firmamento.
Son… un caramelo cautivador
que te hace flotar y volar
como una sirena en el mar
cuando le canta su trovador.
Simplemente los quiero
pues hacen de ti una flor
que emerge con resplandor
como un brote de verde romero.
Ellos aguantan con fervor
tu hermosa complexión
y ese tierno corazón
lleno de armonía y amor.
Son tus pies…
el anhelo de mi ser.
A.V. 30-5-12