Ya se fue la primavera…
y el canto de un ruiseñor…
Solo era… la dulce quimera
de un apasionado amor.
Aquello que avivó un día…
el aroma de mi corazón…
se ha tornado en la melodía
de una triste desilusión.
Yo… que la quise tanto…
y tanto aún la anhelo…
me voy a un camposanto
de azabache terciopelo.
Con el recuerdo de ella…
en mi aliento grabado…
siento como su estrella…
me dejó… hipnotizado.
Y mi alma llena de pena
poco a poco languidece…
varada en una dársena…
donde ya no resplandece.
Sueño… suspiro… y… muero...
con lágrimas escarlata…
de cariño verdadero.
A.V. 23-1-2022