¡Oh niña!...

¡OH NIÑA! QUE DULCE SUEÑO,

QUÉ BELLO ANHELO

CUANDO ENSUEÑO CON EL ALMA,

CON EL CUERPO DE UN LUCERO.

TUS MANOS DE TERCIPELO

ACARICIAN MI CUERPO,

MIMANDO MI ESPÍRITU

Y ROZANDO TU CIELO.

¡OH NIÑA! QUE FIRMAMENTO.

EN MI RECUERDO, TU BOCA

ES EL LAGO DONDE YO NAVEGO

Y TUS LABIOS EL PUERTO

AL QUE ARRIBA MI FUEGO.

TUS SENOS BLANCOS Y SERENOS

EN MI CORAZÓN DUERMEN

Y SUS FRESAS HENCHIDAS DE MIEDO

 CON TERNURA ME DICEN TE QUIERO.

¡OH NIÑA! QUE LINDO REFLEJO.

TU PIEL, FINA Y NACARADA,

Y CON AROMA DE ALBAHACA

SE ERIZA CUANDO UN BESO

DE MI ALIENTO ESCAPA...  

RECORRIENDO TU ESPALDA,

Y TU CUELLO DULCE Y TIERNO

CON MIS MANOS Y MIS LABIOS…

Y CON MI AMOR ETERNO.

¡OH NIÑA! CUANTO TE QUIERO.

DEL FONDO DE TUS ENTRAÑAS

UN LINDO SUSPIRO AFLORA

HACIENDO DE MI VOLUNTAD

UNA HERMOSA AURORA.

DE TU ALMA HA SALIDO UN BESO

Y SE HA POSADO EN MI CORAZÓN

LLENÁNDOLO DE SENTIMIENTOS

EN UN MAR DE COMPRENSIÓN.

¡OH NIÑA! CUANTO TE QUIERO.

A.V. 6-4-12