Llueve y cae la nieve…
con agua, sal y fiebre,
por la mejilla de un niño
que entelerido llora de frio
lleno de miedo y lamentos
de sus tiernos sentimientos.
Llueve, lágrimas y muerte…
por el corazón de un crío
que desamparado y vacio
llegó al final de ese camino
que sin querer fue encontrado
por su alma y por su destino.
Llueve, lágrimas sin suerte…
con desesperación y un dolor fuerte
en ese sensible y delicado corazón
que apenado y de rodillas pidió
perdón
por los pecados de su apasionado fervor
y por su triste y desolado resplandor.
Llueve, lágrimas por perderte…
sin olvidar ni dejar de quererte.
En soledad, con furia y tempestad,
así quedó, así perdió la amistad
de una hermosa y perfumada flor
que inocentemente le dio su olor.
Llueve, lágrimas y muerte...
de un chiquillo que desea poder verte
y que se enamoró del mar y del viento
y de un ángel que bajó del cielo
para sosegar su dormido pensamiento
y ahora se ha ido, ha dejado mi
suelo.
Lágrimas de amor por retenerte…
aunque ya es tarde para acogerte,
para reparar esa amarga realidad
que su impaciencia y su temeridad
hicieron que esa rosa se marchitara
y esa niña celestial se marchara.
Lágrimas, soledad y muerte…
A.V. 28-4-12
Sí, a mi me llueve una lágrima de la emoción que me ha causado leerle. ¡Precioso poema!.
ResponderEliminarAbrazos. Rosa.