y en mi mente un lucero...
que con su figura embellece
el resplandor mañanero.
Es un ángel del cielo...
una chiquilla preciosa
con cuerpo de terciopelo
y mirada de mariposa.
Helena se llama mi dama...
y tiene... un dulce corazón,
con el que enciende la llama
que irradia mi tierna pasión.
Por ella y sólo de ella...
enamorado me siento...
de esa bonita estrella
que alumbra mi firmamento.
Su carita nacarada...
es el espejo de su aliento
y su sonrisa callada
el sosiego de mi pensamiento.
Un nuevo despertar…
henchido de dulzura.
Un hermoso caminar…
junto a su hermosura.
A.V. 25-3-13
Ayyy los comienzos del amor, querido Antonio, qué lindos son!! se nota que sabes de lo que hablo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Un hermoso poema para Helena!!Romantico en ese amor, un encanto...una estrella que ilumina, un nuevo despertar...me gusto muchisimo.
ResponderEliminarBesos, feliz fin de semana!
Helena debe ser muy linda, merecedora de tu permanente inspiración!!!
ResponderEliminarsaludos!!!
Antonio, cuanto amor, Helena debe sentirse dichosa.
ResponderEliminarBello poema.
Abrazos.
Tu musa debe estar muy orgullosa de leer tantos halagos y tiernos poemas!
ResponderEliminarEncantadores versos Antonio, te dejo un fuerte abrazo, bonita noche!