En la quietud del atardecer
se va durmiendo el amor,
haciendo del alma del ruiseñor
un espíritu que anhela florecer
con el recuerdo de tu fervor.
Y despertar con el amanecer
junto al aroma de una azucena,
de nombre... dulce Helena;
una niña que me hace enloquecer
con esa fragancia tan buena.
Eres la luz que ilumina mi ser,
con tu mirada alegre y sincera
que hace brotar la primavera
con tus armas de guapa mujer
y con tu sonrisa hechicera...
En el sosiego de mis sueños
una sirena me canta una nana,
es esa niña bonita y lozana
que con sus ojitos risueños
me despierta por la mañana.
Y con tu dulzura de chiquilla
enamoras mi aliento...
convirtiendo en sentimiento
esa pasión que tanto brilla
cuando percibo tu pensamiento.
Contigo, linda doncella...
amar y soñar yo quiero,
haciendo de ti mi estrella.
Un hermoso lucero,
con esa carita tan bella,
tu cuerpo de bolero
y tu aura de sisella.
A.V. 2-12-12
Un poema muy tierno y dulce, en el que con cada letra expresas tus sentimientos más profundos, me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Antonioe por expresar con tanta delicadeza tus pensamientos y sentimientos. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAbrazos. Rosa.
Ya tienes unos cuantos poemas para un poemario llamado "Helena".
ResponderEliminar;)
Besos
que belleza amigo
ResponderEliminarY como bien dice Veronica, ya podrías hacer un poemario
Besos
Precioso, siempre escribiendo con tanta dulzura.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo, bonito martes!
Maravilloso como siempre amigo, escribes con mucha ternura.
ResponderEliminarUn abrazo.
tus versos derraman dulzura logras enternecer el alma y enamorarla uuff muy binlogrado un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarLindooooooooooooo.
ResponderEliminarBesos.
mar
Nada como leer tus versos para endulzar el alma... Un abrazo amigo!
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