Con el aliento adormecido
por el aroma de una flor...
el bello abrazo de Cupido...
hizo de mi... un trovador...
Enamorado de un lucero...
luz de vida... dulce ilusión...
hoy... le canto un te quiero...
un te quiero... a su corazón.
Una niña.. una estrella...
dueña de mi querer...
convertida en doncella...
en carcelera de mi ser.
¿Qué vi en esa chiquilla?
en un otoño embrujado...
al rozar su dulce mejilla...
con un suspiro apasionado.
¿Qué veneno me apresó?...
un elixir de amor y ternura...
que con su fuego embelesó
la inocencia de mi cordura.
Y yo... la sigo queriendo...
como se quiere solo una vez...
Y ella... ¿seguirá sintiendo...
lo que sintió con su candidez?.
A.V. 14-2-17
Consuelo... sueño infinito...
en el jardín del amor...
mirando su aura dormito...
henchido de gloria y fervor.
Tus poesías siempre me gustaron; hace tiempo que no paro
ResponderEliminarpara decirte que es así.
Al amor hay que cantarle, y tu lo haces constantemente.
Gracias... Te felicito... Un abrazo.
Hermosas son tus letras, que bañan los sentidos de amor y nostalgia.
ResponderEliminarbesos
Letras llenas de amor y sentimientos. Me alegro de volver a disfrutar de tus poemas.
ResponderEliminarBesos.
Lunna.
Un placer volver a leerte.
ResponderEliminarGracias Antonioe por deleitarnos.
Un beso.