Y la mar tiene presa una sirena,
con su resplandor de linda turquesa
que aviva la belleza de azucena
de esa ninfa con alma de princesa.
Y el viento acaricia su melena...
haciendo de ella una niña traviesa,
de la que vuela esa canción serena
que despierta su aliento de diablesa.
Con las olas susurrando te quiero
a esa chiquilla henchida de fervor...
en el cielo ha florecido un lucero.
Es una estrella de dulce candor
para alumbrar el amor verdadero
de esa nereida de aire seductor.
A.V. 11-6-13
Esas sirenas que están presas de los amores de quienes les entregan su corazón y que con bellos cantos embriagan a la razón para que les escriba, cosas tan bellas como la que expones tu.
ResponderEliminarBesos.
Preciosas letras Antonio, van surcando mares al encuentro de tu bella sirena!
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo, un placer pasar a leerte!
Que dulzura acaricia a esa bella sirena, ese lucero que brilla en el cielo, sembrando amor y caricias al viento,muy tierno y sublime poema.
ResponderEliminarBesos querido poeta que tengas un lindo fin de semana.
Navegar en tu barca de ternuras
ResponderEliminarfue como adentrarse en el mar
de tu vena de poeta y admirar
tu gran talento querida amigo.
Un abrazo inmenso para ti.