Esa princesa...

Esa princesa que habita en la mar

es mi estrella que buscando la luna,

navega con mi alma y toda mi fortuna

camino de nuestro hermoso despertar.

Helena se llama mi enamorada

y ella es la luz que ilumina la mañana

con esa belleza tan alegre y humana

que parece una virgen cautivada…

Hechizada quedó por una poesía

que brotó con ternura y pasión

de lo más profundo de mi corazón

al besarme con dulzura y armonía.

Con ese mimo alborotó mi vida

y convirtió mi espíritu en un preso

que anhelaba ser un niño travieso

para despertar su inocencia dormida.

Hoy en mí ha renacido la esperanza

al ver esa niña otra vez ilusionada

y con su linda mejilla nacarada

me ha devuelto su confianza.

Ella es mi alborada

esa preciosa mañana

donde habita mi amada.

A.V. 18-7-12