Suspirando al ver la alborada
y el reflejo de una estrella…
me apresa la dulce mirada
de la que es… la niña más bella.
En su carita de fina plata
resplandece un lindo cielo…
con unos labios escarlata
de ambrosía y terciopelo.
Y sus ojos hechiceros…
tan profundos como la mar…
son dos hermosos luceros
que iluminan mi caminar.
….
Suspirando al sentir el aliento…
que desprende su corazón…
ella es como un soplo de viento
en el sueño de mi pasión.
En su alma un precioso jardín
florece lleno de hermosura
envuelto en el aroma a jazmín
de una reluciente ternura.
Sirena… anhelado sosiego
en el piélago de mi vida…
un manantial de fuego
con un aura agradecida.
AV
Gracias Antonio.
ResponderEliminarQue alegría verte por mi espacio, así puedo pasar a disfrutar de tus bellos y amorosos poemas.
Un abrazo.
Ambar
Sí
ResponderEliminar