Una flor de espíritu bandolero...
embrujada por las olas del mar...
tiene preso con su aroma a romero
el corazón de un hermoso juglar.
De su aliento surge un dulce te
quiero
envuelto en un amoroso cantar...
para que esa niña de aire hechicero
con ternura se vuelva a enamorar.
Y ella... irradiando una linda
pasión...
lo mira con el alma ilusionada...
al saber que es la luz de su canción.
Y él... con una mirada enamorada
suspira embelesado de emoción...
acariciando el fervor de su amada.
A.V. 2-12-15
La flor que anida en tu corazón y que mantienen viva la llama de tu sentimiento es la que engalana esta bella entrada.
ResponderEliminarBesos
Hola querido poeta es hermoso volver a leer, un poema tierno y dulce como siempre.
ResponderEliminarBesos que tengas una hermosa semana.
Muy bello.
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