de un apuesto ruiseñor...
que canta y canta... hechizado...
por el duende de su resplandor.
Su alma... cándida y bella,
sueña con ese dulce jilguero...
anhelando ser la doncella
que le diga... un lindo te quiero.
...Y la luna se ha dormido...
en los brazos de su aliento...
con el susurro de Cupido
acariciando... su pensamiento.
Son dos tiernos corazones...
con el amor por bandera...
llenos de bellas pasiones
en su hermosa primavera.
A.V. 13-2-15