Con un vestido grana
y su corazón de oro
ha llegado mi sultana
y me ha dado su tesoro.
Como un sol ardiente
ha surgido esa niña...
con una estrella de oriente
para alumbrar mi campiña.
Sus ojos... dos luceros...
de ambrosía y caramelo...
Su mirada... un cielo...
donde duerme mi bolero.
Y su figura... una escultura
de azúcar y bombón,
con esa linda hermosura
que enardece mi pasión.
¡Qué bella es esa flor!...
un jazmín o una azucena.
¡Qué preciosa es mi amor!
con su bonita melena.
Helena se llama esa dama
que a mi alma tiene presa
con el fervor de su flama
y con su sonrisa traviesa.
Dulce y meloso como la miel...
con esas piernas hechiceras de mi ser
y con esa ternura que me eriza la piel...
así es su cuerpo de mujer.
A.V. 23-11-12
Hola Chaval enamorado.
ResponderEliminarPor no poder pasar más asiduamente mi castigo es deleitarme más tiempo leyendo estos bellos poemas, vaya un castigo heeeeeeeee, son preciosos, afortunada su alma por enamorar la tuya.
un abrazo.
Ambar
Es verdad.. dulce y meloso es el verdadero amor, tanto como a través de el, transcurre la vida ante nuestros ojos, encalleciendo nuestra sensibilidad hasta adormecerla... es alegría, pasión, dolor y muerte.
ResponderEliminarLo es todo !. Y todo es la vida.
Gracias antonioe por estar junto a mi. Bso grande.
Emy.
Sublime Helena que roba y arrebola el tierno corazón de su poeta.
ResponderEliminarBesos antonioe, buen fin de semana
Cómo pasar por aquí y no decirte lo maravillosos que son tus versos, tu dulce Helena debe estar muy complacida con tus letras, porque a quien los lee le llenan de ilusión.
ResponderEliminarMe gusta mucho leerte tan enamorado, querido poeta.
El amor resplandece en tus versos amigo. Precioso!!! Como siempre he dicho, una persona enamorada tiene luz, pero un poeta enamorado es la luz misma!!!
ResponderEliminarUn beso.
¡Qué preciosidad de poema Antonioe!. Te felicito.
ResponderEliminarAbrazos. Rosa.
Amor y dulzura en este bello poema para Helena.
ResponderEliminarUn abrazo.