En el horizonte una lóbrega
tempestad...
tiñe el firmamento y ensombrece la
mar,
con un manto de tenebrosa oscuridad
que hace ocultarse la belleza del
lugar.
Lloran las olas por ese viento de
maldad,
haciendo de ellas arlequines sin
hogar;
almas que vagan en busca de felicidad
y que nunca más volverán a descansar.
La luna en el cielo enmudece… y se
esconde
tras unos nublos que la llenan de pavor…
y el sol la está llamando... y no
responde.
Con esa estrella de hermoso
resplandor,
sus recelos volarán sin saber dónde
volviendo de nuevo su brillo
cautivador.
A.V. 15-2-13
Tormentas internas, necesarias para seguir
ResponderEliminarluego regresa la calma y nos brinda la felicidad
Antonio, me gusta leerte
besos
Suelen decir que después de la tempestad,llega la calma...
ResponderEliminarQue vuelva ese brillo cautivador es lo que importa...
Besos.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarpreciosa creación,
ResponderEliminarun poquito de sujección a la métrica y habrías logrado un soneto perfecto (y creo además, que con la calidad de tus versos no hubiera menoscabado lo conceptual)
y repito, preciosa creación
saludos
La tempestad así como llega se va, las estrellas siempre vuelven a brillar.
ResponderEliminarRadiante poesía, como tu inmenso corazón.
Besos y abrazos alados.
Despues de la tempestad siempre viene la calma,bella tu entrada Antonioe un placer visitarte poeta,besitos mil amigo
ResponderEliminarY pasará la tempestad y el brillo volverá!!! Lindos versos Antonioe. Un abrazo.
ResponderEliminarTu poesia es hermosa, me gusta tu estilo, ese sello que imprimes en cada letra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo un mar de sensaciones revueltas en medio de la tempestad... hasta que llega la calma a tus letras!
ResponderEliminarUn placer leerte, te dejo un fuerte abrazo!